Recientemente,
entrenándome en mi rol como asesora de imagen, estuve revisando el armario de
una amiga. Lo hice de manera rigurosa: gancho por gancho, prenda por prenda y
cajón por cajón; escudriñando la maraña de prendas que adquiridas luego de años
de caprichos, sueños o necesidad conforman ese lugar secreto tan suyo y tan
propio, que la define e identifica en el mundo en el cual se desenvuelve como
mamá, profesional, amiga, esposa o cualquiera de esos adjetivos que la definen
en su vida cotidiana.
Mi
amiga, relacionista pública independiente, se definiría, si es que una etiqueta
así se puede dar a una persona, como una mujer con un estilo clásico y más bien
conservador a la hora de vestir. Por eso, dentro de ese universo personal de su
armario abundan los pantalones de colores sobrios, las camisas blancas, uno que
otro vestido de “oficina”, chaquetas y botas, muchas botas.
Luego
de una tarde revisando su armario y discutiendo sobre lo que se quedaba y lo
que se debía ir, la sesión de trabajo culminó sugiriéndole cuales eran las
prendas de fondo de armario que debía tener para estar siempre bien arreglada y
que además le ayudarían a construir looks versátiles, fáciles de ensamblar y
con los que se sintiera elegante, cómoda y bien vestida. Fue así como salió la
lista de básicos que enumero a continuación:
Imagen: www.espaciobilbao.com |
·
Vestido
negro
·
Pantalón
negro
·
Camisa
blanca
·
Falda
lápiz o tipo A
·
Jean
·
Camiseta
o franela blanca
·
Blazer
de color neutro
·
Pantalón
caqui
·
Trench
o gabardina
·
Cartera
para el día
·
Cluth
o bolso tipo sobre para la noche
·
Zapatos
tipo salón
·
Bailarinas
o baletas
Una vez
terminada la tarea y de ver a mi amiga satisfecha con un closet reluciente, un
par de bolsas llenas de ropa vieja para tirar y una lista de pendientes para comprar,
me surgió una inquietud: ¿Y qué tal si la persona asesorada fuera una
entrenadora fitness, una punk o una rockera de profesión? ¿Aplicarían estas
normas y estos mismos clásicos para estas mujeres?
Pues creo que
no, o por lo menos no de manera tan literal. Ciertamente, se podrían adaptar
algunos básicos para determinadas ocasiones, pero seguramente para el día a día
de muchas personas estas prendas no apliquen y deban ser cambiadas o
modificadas. Por ejemplo, para la entrenadora fitness, funcionarían mejor unos leggins
y zapatillas deportivas que pueda combinar con una chaqueta o zapatos de tacón que
le permitan transformarse en una mujer de negocios en un abrir y cerrar de
ojos, siempre y cuando la ocasión lo permita.
O que tal, las
fanáticas de las botas Dr. Martens que van muy bien con las rockeras o con
aquellas que se decantan por el estilo punk, seguramente se sentirían fuera de
su elemento usando una cándida camisa blanco con una falda tipo A o recta y
preferirían unos jeans negros, una minifalda y una súper cool chaqueta de cuero
negras con unas mayas del mismo color, que vayan con su estilo de vida y gustos
musicales.
Con esto no
quiero decir que no sea importante construir un fondo de armario que nos
permita tener una serie de piezas comodín que se puedan aplicar y combinar para
muchas ocasiones, por el contrario, sería bueno abrir un poco más el espectro y contar con un rango más amplio de piezas básicas que no se
limiten a una lista o un puñado de ítems, al fin y al cabo las posibilidades de
vestir son tan diversas como mujeres en este mundo.
¿Y Tú? ¿Cuál
sería tu fondo de armario ideal?
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